miércoles, febrero 10, 2021

Monstruo



Agarré a cada uno de mis monstruos y los eché a un costal, caminé y caminé por el monte durante horas. Iba descalza, con una falda de algodón mal zurcida, con las tetas al aire. No me importaba nada, ni el rayo de sol chamuscándome la espalda, ni las espinas, ni las piedras, ni las víboras y las tarántulas. Nada. Nada más allá de acabar con los gatos posesos de mí.