martes, abril 21, 2015

Presentación del poemario Rumoroso Delta de Justine Hernández


Foto: Sandra Muñoz

Me gustaría aclarar que no soy una experta en poesía, pero me apasiona leerla; creo que la poesía es siempre un buen remedio para el frío en el alma y buena cómplice para la vida, así que fue por esa pasión por la poesía que me entusiasmé mucho con la idea de presentar este libro, y debo decir que el aceptar encantada Rumoroso Delta, incluso antes de leerlo, fue porque disfruto mucho la poesía de Justine Hernández. Desde entonces el viaje ya prometía.

Antes de compartir lo que este poemario me susurró, quiero agradecer a Justine por tender ese puente hacia los otros, por compartirse, por regalarnos esas palabras en las que fácilmente podemos encontrarnos todos, los que tenemos sed, y los que siempre esperamos la siguiente lluvia.

Rumoroso Delta es la avenencia de esas letras, perfectas compañeras para los días en los que nos amanece de noche o en los que el amor nos asecha. Sus páginas destilan erotismo, ansias, apetito, nos contagian; también nos lanzan afiladas preguntas, nos son espejo.

Leerlo, andar por este viaje de labios es saberse, como diría Justin en uno de sus poemas, "la anfitriona y el banquete, la comensal y la huésped."
Ponerse este libro entre las manos es arriesgarse a terminar derramado. Trajinar entre sus páginas es presentarte desarmado.

Dejarse desgarrar por las uñas de este Delta implica el gusto doloroso por terminar vencido, por terminar. Es atreverse a dejar salir los instintos, pararte frente al animal y reconocerse, es también sublimar.  Reconocer, disfrutar o desbaratar círculos.
Rumoroso Delta es de esta poesía que te deja marcas y a la cual siempre regresas. Porque es de la que te invita a proclamar la libertad desde la orilla de tu propio cuerpo. Subir y bajar desde el vientre del deseo, es encontrarse y perderse. Es encarar el tiempo, llenarlo de nombres y recuerdos. Es insomnio.

Rumoroso Delta, es una invitación, un florecimiento. Es una puesta de sol, un café cargado e hirviendo. Es la lectura que se comparte o que cala en silencio.

Justine Hernández nos invita a disfrutar de este manjar de orgasmos, piernas, manos, sueños, labios con florecidos besos, satélites orbitando sexos.
Rumoroso Delta se nos embarra, se nos hace espuma en la boca, nos recorre, se vuelve río, nos atraviesa el mundo, nos hace parir nuevos dedos.

Uno de los poemas de Rumoroso: 

No es fácil

Ir de unos labios a otros
despertar
y no reconocer el techo.

Es difícil
no decir tu nombre entre besos
apretar labios para no gritar
para no esperar del otro lado de la noche.

Tampoco es fácil
evitar el abrazo, vestirme de prisa
decir:
te llamo.


Mar.

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