Diario de escritura:
Históricamente, las mujeres hemos sido relegadas de los ámbitos intelectuales y creativos, es más, en un tiempo, incluso, tuvimos prohibido transitar por ciertos espacios públicos, pero ¿cómo fue esto posible?
¿cómo sigue siendo posible?
Ah, pues ellos, los
pensadores, filósofos, religiosos, escritores y científicos, se encargaron de dejar claro
que nosotras somos diferentes, complementarias y nada más, que no merecemos
ni somos capaces de pertenecer a esas dimensiones creativas y creadoras, ni pisar ciertos espacios. En ciertos siglos, y todavía hoy en ciertos lugares del mundo, estos hombres se encargaron de "fundamentar"
que las mujeres no merecemos derechos políticos ni sociales; de definir el
sentido de nuestras vidas, diciendo que solo estamos aquí para hacer más fácil y agradable la vida de los hombres...Lo dejaron claro, directa e
indirectamente.
Lo peor es que esas barbaridades se siguen dictando a través de discursos impresos u orales, y todavía nos preguntamos para qué vamos a separar al autor de su obra, quizá la pregunta adecuada sería cómo, cómo separarlo -sin caer en la censura- y aprovechar únicamente lo que resulte favorable para un mundo más justo, libre de desigualdades. Sí, es necesario ser agudas con nuestras lecturas del presente y del pasado. Porque cuando nosotras no nos preguntamos por cómo valorar la obra masculina, desde dónde; estamos admitiendo que esos discursos sexistas, sólo son un pequeño detalle, digno de su época y contexto, y estamos transmitiendo un peligroso mensaje: nosotras solo somos ese pequeño detalle, sin importancia, de la humanidad.
Lo peor es que esas barbaridades se siguen dictando a través de discursos impresos u orales, y todavía nos preguntamos para qué vamos a separar al autor de su obra, quizá la pregunta adecuada sería cómo, cómo separarlo -sin caer en la censura- y aprovechar únicamente lo que resulte favorable para un mundo más justo, libre de desigualdades. Sí, es necesario ser agudas con nuestras lecturas del presente y del pasado. Porque cuando nosotras no nos preguntamos por cómo valorar la obra masculina, desde dónde; estamos admitiendo que esos discursos sexistas, sólo son un pequeño detalle, digno de su época y contexto, y estamos transmitiendo un peligroso mensaje: nosotras solo somos ese pequeño detalle, sin importancia, de la humanidad.
Como diría Ana de Miguel,
tenemos que darle importancia y considerar qué significado han dado, y siguen
dando, esos discursos masculinos, a la humanidad.
Tenemos que tomar en serio lo
que los filósofos, pensadores, antropólogos, escritores, psiquiatras, sociólogos, etc. han dicho y dicen de
nosotras, porque es lo que sostiene, también, esta estructura
patriarcal. Debemos tomarlo en serio para discutirlo, porque esos genios, nos han heredado discursos profundamente misóginos, llenos de violencia contra nosotras,
y aún siguen reinando en las instituciones, en la academia y en el mundo
cultural e intelectual.
Leámoslos, sí, pero para
refutar y discutir lo injusto y problemático de su pensamiento. No demoremos mucho en ellos, no los tengamos como referentes únicos de nuestro pensamiento. Y dediquemos más tiempo a leer lo que otras mujeres ya dijeron sobre esos
discursos machos, cómo los cuestionaron, y cuáles eran sus propias visiones de mundo.
Dediquemos mayor tiempo a ser lectoras críticas, justicieras, rastreadoras de mujeres artistas, escritoras; dediquemos mucho de nuestro tiempo a vernos y formarnos como autoras, creadoras.
Ayudemos a que las brillantes y valientes contrabandistas del pasado, esas que se colaron en terrenos que parecían "exclusivos" de los machos, sigan presentes ahora, en cada lectura pública, en cada tertulia, en cada salón de clases, en cada reunión de amigas.
Dediquemos mayor tiempo a ser lectoras críticas, justicieras, rastreadoras de mujeres artistas, escritoras; dediquemos mucho de nuestro tiempo a vernos y formarnos como autoras, creadoras.
Ayudemos a que las brillantes y valientes contrabandistas del pasado, esas que se colaron en terrenos que parecían "exclusivos" de los machos, sigan presentes ahora, en cada lectura pública, en cada tertulia, en cada salón de clases, en cada reunión de amigas.
Sí, conozcamos al autor y a su obra, también para reconocer a los aliados y los discursos necesarios; más aún para aprender a separarnos de
las historias donde sólo tenemos un lugar cosificado.
Empecemos a generar discursos que reivindiquen a las mujeres como pensadoras, como genias; a la humanidad como un lugar digno para todas las personas.
Empecemos a generar discursos que reivindiquen a las mujeres como pensadoras, como genias; a la humanidad como un lugar digno para todas las personas.
Una de las formas más bellas
de rescatar y visibilizar a las mujeres en nuestra historia, trabajo ineludible
del feminismo, es leer, reflexionar y divulgar el pensamiento de las creadoras.
Reconstruir y valorar nuestra genealogía femenina en las artes, la ciencia y la
filosofía, es un acto amoroso e invaluable hacia nosotras mismas, hacia la
humanidad.
**Esta brevísima página de diario, sólo es el inicio de una reflexión más nutrida y profunda, una que tengo pendiente en el tintero de mi mente enfadada y preguntona. Si gustas colaborar, amiga lectora, eres bienvenida.
**Esta brevísima página de diario, sólo es el inicio de una reflexión más nutrida y profunda, una que tengo pendiente en el tintero de mi mente enfadada y preguntona. Si gustas colaborar, amiga lectora, eres bienvenida.
Mar.
Es poderoso lo que propones separar al autor de su obra, partir de ahi y buscar en la historia a mujeres que el patriarcado no nombro,llamarlas por su nombre, reconociendo sus obras,confrontar lo que hasta ahora conocemos,tejer redes,alianzas, abrir espacios,reconocernos,admirarnos, empoderarnos no por que siempre fuimos poderosas solo que el sistema misogino callo nuestras voces,escribir y leer como un acto de rebeldia,como un acto revolucionario,partir desde la sororidad,despertar y despertar a las otras de este sueño patriarcal, tu texto me confronta y me replantea la historia.
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